Todos hemos oído la palabra autoestima en alguna ocasión y muchas veces la hemos utilizado para explicar lo que nos ocurre y lo que les sucede a los demás. Pero, ¿qué es exactamente eso de la autoestima?, ¿es un rasgo estable de la personalidad o se puede modificar? ¿Somos así y no hay modo de cambiar?
La autoestima es el valor que le damos a la imagen que tenemos de nosotros mismos. En otras palabras: es el cariño que nos tenemos por ser como somos (incluimos aquí nuestro físico, nuestra forma de ser, nuestro éxito con los demás, nuestro rendimiento en el trabajo…).
Quererse tal y como uno es, nos da tanta tranquilidad que nos sentimos más seguros para iniciar cambios, enfrentarnos a dificultades, relacionarnos con los demás. Incluso las personas que viven circunstancias muy difíciles pueden tener un buen nivel de autoestima porque la autoestima es una percepción, es decir, es algo subjetivo.
Si cuando me van mal las cosas pienso que soy torpe y que no valgo para nada, no estoy haciendo que las cosas sean diferentes. Tan sólo consigo hacerme daño, alimentar la desesperanza y la desilusión.
Una autoestima positiva no significa distorsionar la realidad de lo que soy, simplemente ver las cosas de un modo que me permita sentirme mejor y afrontar problemas. Para tener una autoestima positiva no es necesario que seamos ‘perfectos’ (nadie lo es). Cada uno de nosotros es consciente de sus cualidades y defectos; y quererse, tener una buena autoestima, implica aceptarse con todas esas cosas.
Cuando nuestra autoestima es negativa, nuestra mente nos está jugando una mala pasada, ya que se centra en aquellos defectos personales y deja de lado todo lo bueno que somos y podemos llegar a ser.
Una autoestima adecuada, vinculada a un autoconcepto positivo de mí mismo, potenciará la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso. Por otro lado, cuanto más confíes en tu capacidad para hacer frente a las distintas situaciones, más probable es que puedas superarlas y conseguir lo que deseas.
Estrés y la falta de éxitos pueden acabar empeorando nuestro autoconcepto y por extensión nuestra autoestima.
Autoconcepto (¿cómo soy?)
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Valoración (¿me gusta como soy?)
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AUTOESTIMA
¿Se puede modificar la Autoestima?
¿Tú qué opinas? Es cierto que en nosotros existe una tendencia o predisposición a vernos a nosotros mismos y lo que nos rodea de una manera determinada, pero también es cierto que esta imagen se puede transformar.
La autoestima se crea, cambia y la podemos mejorar. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros, amigos, etc, y desde entonces no nos abandona, sino que va evolucionando y cambiando.
¿Qué determina nuestra autoestima? Fundamentalmente las experiencias que hemos vivido a lo largo de nuestra vida, por los comentarios que hemos ido recibiendo, por la educación, etc.
Los enemigos de la autoestima
Vamos a seguir conociéndonos y descubriendo aquellos obstáculos de una autoestima positiva. Por ejemplo, en muchas ocasiones nos resulta violento o inadecuado hablar de nuestras capacidades. Recuerda la ultima vez que te dijeron lo bien que habías hecho algo y lo poco que tardaste en decir «Pero si yo no he hecho nada» o «Qué va, si es muy fácil». Muchas personas creen que son poco humildes si dicen lo bien que hacen las cosas y optan por hablar sólo de sus defectos. Otras veces, no nos parece apropiado hablar de nosotros mismos y dejamos que sean los demás los que adquieran más protagonismo en nuestra vida diciéndonos cómo somos.
HOY somos así, pero eso no significa que tengamos que seguir si queremos cambiar algún aspecto: ser más cariñosos, menos tímidos, más valientes…. Igual que a veces sentimos que la vida nos ha hecho perder la ilusión por las cosas o la confianza en nosotros mismos, igual que hemos cambiado perdiendo valores importantes, también podemos cambiar empezando a recuperarlos.
El CAMBIO es posible, aunque parezca que no. Si tú cambias y te pareces más a como deseas ser, tu autoestima mejorará.
Además, si las circunstancias nos determinan en parte, también nuestra autoestima determina lo que nos sucede. Por ejemplo, imaginemos a una persona que tiene que enfrentarse a un examen. Si esa persona considera que no va a aprobar, posiblemente cuando se ponga a estudiar el examen se encuentre desmotivada, sin ganas y su rendimiento será muy malo. Y lo más probable es que suspenda el examen. Ahora bien, si la misma persona confía en sus posibilidades, si tiene esperanzas de aprobar, lo más seguro es que se pondrá a estudiar con más ánimo y su rendimiento será mucho mejor.
De ahí que sean muy importantes aquellas cosas que nos decimos a nosotros mismos. Se trata de un DIÁLOGO INTERNO que continuamente está funcionando en nuestra mente a veces de manera mas consciente, a veces no nos damos cuenta. Son los comentarios que nos vamos diciendo sobre cómo somos y cómo nos van a salir las cosas. Debemos dialogar con nosotros mismos para mejorar o asumir errores, pero no atacarnos.
En situaciones de presión, donde no todo es agradable y a veces las cosas salen mal, casi sin darnoscuenta nos enviamos mensajes, no siempre muy positivos, que nos hacen sentirnos peores. Los sentimiento de culpa, los ‘debería’ o «tienes que» hacer tal o cual cosa, a veces no permiten que nos realicemos como queremos.
Tu autoestima y los demás
Ya hemos visto que la autoestima, los sentimiento de culpa, los ‘debería’ y otros muchos obstáculos son, en parte, el resultado de nuestras relaciones con los demás y de cómo nosotros las hemos percibido. Es decir, no sólo influye el cómo los demás se hayan portado con nosotros y lo que nos hayan dicho, también influye la importancia que nosotros demos a los comentarios de los demás.
Es normal que si, durante la etapa de desarrollo de nuestra personalidad, alguno de nosotros estuvo rodeado de opiniones y juicios negativos, termine convencido de que es un inútil y que no sirve para nada.
Si lo que los demás dicen sobre nosotros puede fortalecer o no nuestra autoestima, está claro que también lo que nosotros digamos sobre los demás puede ayudar a fortalecer la de los otros. En este sentido, nos convertimos en agentes de autoestima positiva cuando favorecemos que los que demás potencien sus cualidades y aprendan a quererse.
Algunas claves para mejorar la autoestima
- Mantener la mente ocupada con pensamientos positivos sobre tí y los demás, desechar los negativos y el recrearse en malas experiencias. Hay que ser realista, aprender y seguir hacia delante.
- Diferenciar SER – ESTAR o HACER. Es diferente cometer un error puntual, de tener un día malo de SER una persona torpe o tonta.
- Reconoce tus propias cualidades, piensa 5 cosas que te hacen especial. Siempre nos fijamos en lo malo de nosotros mismos.
- Diferencia entre lo que es tu responsabilidad y la de los demás. No cargues todo en ti.
- Establecer metas realistas a corto plazo. Fije su mente en las mismas y visualice cómo puede realizarlas. Desarrolle nuevas destrezas y conocimientos si fuesen necesarios para alcanzar dichas metas.
- Adopta la actitud de «Yo Puedo». Es importante repetir mentalmente mensajes positivos.
- Siéntete orgulloso de lo que eres. Identifica y acepta tus destrezas, conocimientos y las debilidades = Autoconcepto. Y recuerda que nadie es perfecto.
- Usa esos talentos para desarrollarte al máximo. Tómate tiempo ocasionalmente para evaluar tus adelantos (mirar hacia atrás y ver en qué hemos avanzado: como personas, en el trabajo…). Sobre todo: se tú mismo. No imites a nadie.
- Practica la asertividad. Sepamos mantener nuestras ideas de un modo asertivo y protejamos nuestro corazón.
- Si nos cuesta vernos de un modo positivo y eso influye en nuestra vida afectando de algún modo al ámbito social, laboral o personal solicita la ayuda de un profesional.