Enlazo aquí una respuesta en el servicio APOL de la Fundacion Punset, sobre la orientación homosexual y los sentimientos al respecto. Podéis leerla en el origen aquí.
Soy una joven de 20 años, he sido consciente de mi homosexualidad desde los doce o trece años, pero siempre que actúo o, simplemente, pienso en consonancia a mi orientación sexual, me siento muy culpable. No he podido nunca asumirlo, aunque he tenido mis etapas y voy evolucionando: Al principio, me golpeaba la cabeza pensando que estaba enferma, después intenté eludir el problema encerrándome a solas todo el día, ahora intento sentirme bien con lo que soy, pero no consigo dejar de sentirme culpable. Mis padres son ultracatólicos y en esto justificaba mi problema moral. No sé cómo abordarlo, espero que me podáis ayudar.
Respuesta:
Es muy importante aclarar que cualquier orientación sexual diferente a la heterosexual no es ninguna patología. Partiendo de esto, te vives como diferente sobre todo en la educación que has recibido, donde la culpa es una carga pesada que aguantar. Tu orientación sexual no eres tú, es sólo una parte de ti, así como tus gustos por la música, o tus ideas políticas.
Los pasos básicos que suelen darse en este proceso es que entiendas la normalidad y para ello conozcas a otras personas que acepten las orientaciones sexuales como normales. Tener un grupo de pertenencia, sentir que no eres diferente ni excluido es vital en este caso. Contactar con asociaciones y con otras personas que han vivido tu camino, o proceso de adaptación: negación, culpabilidad, rabia?
La comunicación a la gente importante para ti debe ser progresiva, y hacerlo sólo cuando tú te sientas preparada y comenzando por la gente que te dé más confianza, que no siempre es la familia. Normalmente se suele dar un tiempo en que se viven dos vidas de forma paralela, pero lo saludable es fundirlas en una sola lo antes posible.