Cuando en psicología detectamos un camino de trabajo con el paciente, lo consensuamos y lo abordamos esperamos todos que se vayan produciendo los cambios. Pero a veces no ocurre, el paciente por más que lo entiende no consigue modificar su patrón… se llama resistencia al cambio.
Esta resistencia al cambio casi siempre está presente en los Trastornos del área de la personalidad, donde el paciente presenta problemas prácticamente en todas las áreas de su vida. Esto ocurre porque sus bases, sus valores, sus experiencias e incluso su bioquímica pueden estar seriamente dañadas. Es realmente difícil para ellos comportarse como una persona más.
Como psicóloga sé que es muy importante entender (no sólo sabérselo) el trastorno, porque a veces erróneamente, achacamos la falta de evolución a la voluntad de la persona. No, es su propia personalidad que se resiste al cambio.
Esas resistencias correlacionan con el nivel de impulsividad, autoestima y habilidades que tiene el paciente. Es decir, si en consulta a la vez que trabajamos el trastorno ayudamos a mejorar esas tres variables, la probabilidad de éxito mejorará mucho.
En concreto, he visto muchos casos de Trastorno Límite de Personalidad (TPL) en la consulta de psicología en Madrid, donde cuando el paciente dejaba de focalizarse en lo que había bien o mal, para entrenar sus habilidades sociales o su asertividad, había bloqueos que fluían.
Esto, de nuevo, nos ayuda a entender y a humanizar a los pacientes, porque como nosotros mismos, no es que no quieran avanzar es que no pueden hacerlo solos.
Podéis encontrar más datos sobre todo ello en este artículo de Infocop online http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7191