La memoria, nuestro bien más preciado para ser quienes somos y saber de dónde venimos, no es exacta. Hoy me he topado con este artículo, que me ha recordado mis clases de «Psicología del testimonio» de 4º de carrera. Elegí la asignatura por curiosidad y me pareció apasionante. Cuando escogí la asignatura me preguntaba cómo actuaban los testigos y las narraciones en los procesos policiales y judiciales, y la profesora nos mostró perfectamente las trampas que tiene la memoria y también cómo contrastarlas para no caer en ellas. Al fin y al cabo, en los procesos judiciales se están juzgando hechos graves. He de reconocer que, a veces, me parecía preocupante…
Por ejemploo. Un sencillo ejercicio para hacer, si dudais de si un recuerdo es exacto o no, podria ser escribir el recuerdo en orden cronológico por un lado de una hoja. Despues, dando la vuelta a la hoja escribirlo de adelante hacia atrás. Si los hechos coinciden, vamos por buen camino.
La asignatura era una aproximación, claro está, pero me resultó muy útil. Muchas veces en la consulta de psicología en Madrid, los pacientes, se recuerdan cosas unidas a sentimientos y es importante saber si está o no distorsionado. A veces la emoción asociada, la historia que otros nos cuentan sobre el hecho, o incluso nuestro propio proceso de relexión… cambia el recuerdo. Es especialmente útil saber cómo funciona la memoria en los procesos de recuperación de traumas.
En este artículo podeis encontrar mas información y ejemplos de lo que antes os contaba.
http://elpaissemanal.elpais.com/reportaje/memoria-error-judicial/